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A los pies de mi madre

No sé cuándo comenzó mi pasión por los pies femeninos, las piernas, las medias y el nylon, supongo que en mi despertar sexual. La historia se desarrolla en mi casa, donde solíamos ver televisión después de cenar, en el salón. Mi padre ocupaba su sillón y mi madre y yo solíamos estar en el sofá. Mi madre casi siempre se acostaba de lado, con los pies hacia mí. Yo era el pequeño de varios hermanos y estos se habían casado muy jóvenes, además eran unos años mayores que yo por lo que ya no vivían en la casa. Mi madre tendría ya unos cincuenta y pico de años y mi padre algo mayor que ella. Bueno, en el invierno, cada noche mi madre se echaba a ver la televisión y solía ponerse encima una mantita o algo que le tapara las piernas. Yo me ponía a su lado y empecé a compartir con ella la manta, con lo que sus pies quedaban siempre contra mi muslo o en mi regazo. Aquellos pies eran mi adoración. Me encantaba su tacto, su olor, su tieba, su forma redondeada. Sobre todo cuando habían estado todo el

La Depresión

  ************relato en primera persona************* Esta historia ocurrió el verano pasado, cuando yo aún tenía 18 años. Era 15 de enero, o lo que es lo mismo, era el día en que mi madre y yo nos íbamos a la casa que tenemos en la costa. Me llamo Nicolás  y soy de capital. Vivo con mi madre, Sonia, una comerciante de 44 años. Ella estaba muy enamorada de mi padre, que era 3 años mayor que ella y que por aquel entonces era abogado. Y digo era porque lamentablemente un derrame cerebral se lo llevó hace un año y medio. Perderlo fue un golpe muy duro para nosotros. Yo lo fui superando con el paso del tiempo, pero a mi vieja le estaba costando mucho más. A lo largo de ese año y medio ella había tenido bastantes altibajos con varios episodios de depresión y, lejos de pasar página, se había ido empeorando peor. Sólo salía de casa para ir al trabajo y realizar las compras necesarias, y apenas mantenía el contacto con sus amigas. Ahora su vida se limitaba a su trabajo y a las tareas domésticas