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Mostrando las entradas con la etiqueta Pato y Pedro

Descubriendo a mi esposa 4

Después de haber leído lo que mi esposa me escribió relatándome las aventuras con Ismael, empecé a volverme loco, me parecía mentira que Patricia fuera tan puta, me carcomían los celos y la bronca de haber sido humillado de tal manera y por gente que me conoce muy bien, pero también debo admitir que llegué a un grado de excitación que no pude evitar hacerme una terrible paja imaginando cada escena volcada en el papel, me daba cuenta que era algo que ya no podía arreglar, sobre mi cabeza pesaban unos enormes y hermosos cuernos que lo llevaría de por vida, estaba dispuesto a llevarlos con orgullo, ya que el solo hecho de imaginar lo que vendría me ponía caliente en demasía, de manera que empecé a programar como sería mi nueva vida. Mi esposa siguió recibiendo los servicios de Ismael, yo me hacia el desentendido con el, pero le pedía a ella que me contara con detalles cada vez que el hacía una incursión por mi cama, A Patricia también le gustaba el jueguito, me decía que era súper excitan

Descubriendo a mi esposa 3

  Le serví el desayuno como el quiso, dejando que a cada pasada cerca suyo sus manos se adueñaran de mi cuerpo, me trataba como su sierva y me gustaba, me excitaba ser sumisa y complacerlo en lo que me pidiera, estaba ansiosa por seguir teniendo sexo con el, hasta el momento me había hecho gozar al máximo y estaba dispuesta a entregarme por completo a todos sus caprichos y antojos, ya no me importaba las pruebas que tenía de mi infidelidad, tanto el como yo sabíamos que no serían necesarias para que el lograra de mi lo que quisiera, estaba dispuesta a todo. Terminó de desayunar y se levantó de la silla de mi esposo, no pude evitar admirar su cuerpo moreno, enorme, musculoso, mis ojos bajaron lentamente por su pecho, su estomago, su vientre duro hasta llegar a ese hermoso instrumento que me había hecho vibrar de placer y gozo, colgaba entre sus piernas y se mecía con sus movimientos, recién en ese momento pude apreciar su grosor y me convencí de por que me había costado tanto metérla en

Descubriendo a mi esposa 2

Lentamente fui despertando, a mi lado, Patricia yacía desnuda, con la cabeza metida debajo de la almohada para evitar la luz del día, estaba mas hermosa que nunca, su piel aterciopelada me invitaba a acariciarla y así lo hice, acaricié sus glúteos con suavidad, recordando como las manos de el guardia de seguridad los habían apretado con furiosa calentura. Sentí sed y me levanté a tomar agua de la canilla del baño, aún sentía en mi boca ese sabor que tanto me había excitado, la mezcla de los jugos de mi esposa con la esperma de Ismael todavía me mantenían en éxtasis, me miré en el espejo y me percaté que en la comisura de mis labios había restos de toda clase de líquidos extraídos con mi lengua de la vagina hambrienta de mi mujer. No se explicarlo, pero me sentí feliz, volví a dirigir mi vista hacia mi lecho matrimonial y Pato se había dado vueltas, ahora estaba boca arriba, mostrando sus hermosos pechos, su vientre duro y chato, su conchita con los bellos púbicos reteniendo las ya seca

Descubriendo a mi esposa

Hola a todos, ante todo quiero decirles que soy un fanático  lector de este blog y después de leer tantos magníficos relatos de Gus Becker y Marcel Milord, me he animado y con el  permiso de mi esposa a contar nuestras andanzas. Mi nombre es Pedro, el de mi esposa es Patricia, tengo 45  años y ella 42, reconozco que ya somos maduritos, aún así nos mantenemos en  perfectas condiciones físicas y nos gusta disfrutar de todas las cosas buenas  que se presentan en la vida. Estamos casados hace 22 años y tenemos dos hijos varones de  17 y 15 respectivamente, vivimos tranquilamente en la zona sur del gran Buenos  Aires. Nuestro matrimonio es maravilloso, con Pato nos entendemos a la  perfección tanto en lo afectivo como en lo sexual, en fin nuestra vida  transcurre sin mayores sin problemas. Pero lo que les voy a contar sucedió hace bastante, cuando  solamente teníamos cuatro años de casados y pasamos una crisis matrimonial que  casi deriva en la separación; en ese momento yo comenzaba a tene