El aroma del café con leche y la presencia de mi madre me desperto, nos habia traido desayuno en bandeja y lo dispuso sobre mi escritorio, entre mis cuadernos del colegio y revistas de ocio, se acercó a mí y con un susurro de mi madre desperté, ella acomodaba mis cortinas, volviendo los visillos a sus lugar, yo mantenía las cortinas y visillos siempre abiertas, me gustaba ver a todo momento el campo, y producto de esto, mi pieza solía ser la mas fria de la casa Marta: mi grandulón… no te preocupes mi amor, sigue descansando, yo estoy terminando de desayunar, les dejare la mesa puesta, voy a salir ahora a ver unos temitas por todo lo que paso, te amo mi tesoro y envuelta en una bata blanca y felpuda se agachó a besar mi frente y darme un abrazo suave donde mi cara quedó entre sus esponjosos pechos, no estoy seguro de cuánto tiempo fue, de seguro solo segundos, pero ahí, en esos segundos y tras lo ocurrido comencé a cambiar a como estoy ahora y como se irán dando cuenta,