Intercambio Madre-Hijo

 

Hola que tal, ante todo voy a presentarme, me llamo Mariana tengo 45 años y estoy divorciada con un hijo que es el protagonista del siguiente relato. Físicamente soy morena de pelo corto, mido 1.70 de altura algo rellenita por lo que hace que tenga unos pechos voluminosos, y por ahora mantengo un buen culo, o por lo menos eso me dicen, y lo que mas me gusta en esta vida es practicar el sexo sobre todo en grupo. 

Pero vamos a centrarnos en el relato, siempre me a gustado practicar el sexo lo que pasa que hasta que no me divorcié de mi marido no me había dado cuenta de lo mucho que me gustaba, yo suelo coger sobre todo con un grupito de amigos cincuentones, montándonos unas fiesta salvajes, bisex mujer-mujer, tríos y cualquier tipo de unión que se nos ocurra, por lo general en casa de algún amigo o en hoteles, lo que siempre me ha fastidiado es tener que reunirme con mis amigos a escondidas y mintiendo a mi hijo de 19 años, para que no se pensara que su madre era un puta, el problema es que si, que soy una puta.

Harta de estar siempre con escusas escondiéndome y mintiendo (también con la intención de animar a mi hijo a practicar algo tan saludable como es el sexo) un día se me ocurrió la idea de llevar engañado a mi precioso retoño a una de estas mini fiesta, ya que si él lo hacía y disfrutaba no sería capaz de recriminar nada a su madre. Quedé con mi mejor amiga Sara, y su marido en que vendrían a mi casa el martes sobre las 9 justo a la hora que Carlos, viene de estudiar ya que a otra hora nunca puedo contar con él, porque siempre tiene algo que hacer. Sara es una hembrón rubia, tiene 47 años pero parece que tiene 20 mide 1.75, pesa 65 kilos y es dueña de unas tetas que al pesar menos que yo se les ve mucho más grande que a mí, haciendo la delicia de cualquier caballero al verlos rebotar cuando cabalga, todo esto siempre lo adorna con vestidos de telas ligeras, que hacen  que se note todas sus curvas y que casi enseñe todo. 

A la muy perra en nuestros encuentros, le gusta usar un liguero de color negro que pone calientes hasta las estatuas y esa es la mujer que yo sabía que aunque Carlos viera a su madre ser penetrada por la inmensa tranca de Rodrigo (marido de Sara) no se podría resistir a meterla la pija en esa conchita depilada, tan sabrosa y húmeda que tiene. 

Se presentaron Rodrigo y Sara a la hora acordada, entonces les expliqué el plan, se pusieron cachondísimos sobre todo Rodrigo, que le encantó la idea de ver una madre cabalgar salvajemente sobre su hijo. Estábamos hablando de todo un poco cuando de repente se oyó la puerta,  era Carlos que venía de estudiar y cuando entró en la habitación se quedó cortado, sobre todo por la presencia de mi amiga Sara. 

-Hola mami, veo que hoy tenemos cena de amigos, no te preocupes, seguí hablando que yo voy a comer algo y me meto a la cama. 

Entonces la hice una señal a Sara para que no le dejase marchar y le atacara.  

-Un momento Carlos (dijo Sara a mi señal), no te vallas sin darme un beso que hace mucho que no nos vemos.  

-Si claro, cómo no, que guapa estas, no has cambiado nada, siempre tan preciosa (dijo Carlos).

-Ah no, ¿Vos podés creer que dice Rodrigo que estoy gorda?, Mirá mira estas tetas y decile a mi marido si sigo estando buena.

En ese momento Carlos se quedó cortado y yo actué de madre protectora con la idea de suavizar el ataque y dejárselo entregada a la pelvis de mi amiga Sara. 

-Dejá a mi nene que no quiero que se pervierta tan pronto, vos Sara siempre pensando en lo mismo, tenés la idea fija con el sexo. 

-No me jodas, si tu hijo seguro que ya a tocado más tetas que monedas y hasta debe saber como chuparlas, ¿Verdad corazón?

-Si… sii (balbuceó Carlos sin saber que decir).

-Bueno, hacé como quieras amiga, pero no me rompas al nene...

Dije para dejarla actuar ante la perplejidad de Carlos que se quedó paralizado, entonces Sara empezó a actuar, le bajó la cremallera y sacó la enorme pija de mi hijo. Yo hacía varios años que no la veía y me deslumbró, mientras Sara actuaba me quedé delante de ellos y me empecé a subir la falda tocándome mi húmeda chocha y a desabrocharme la blusa  sobándome los pechos por encima del corpiño, Carlos de vez en cuando me miraba y ponía los ojos desorbitados sin saber que hacer, yo estaba medio desnuda ya cuando Rodrigo vino por detrás y me empezó a dedear la vagina, Carlos ya no sabía que hacer, si apartar a Sara, putearme e irse a la mierda o seguir con la fiesta. 

En esto Sara se desnudó y lo puso sobre el suelo, para entonces Rodrigo ya me había subido la pollera y me estaba penetrando por detrás de parado, yo ya no sabía cuantos orgasmos había tenido, ver a mi hijo teniendo sexo me ponía a cien, en eso Carlos estaba con los ojos cerrados y entonces Sara me hizo una señal, me acerqué y la sustituí con la chupada de verga que le estaba dando a mi nene, en esta situación me vino otro orgasmo, de repente Carlos abrió los ojos y vio ahí a su madre devorándole la pija, se quedó sin habla solo emitía pequeños suspiros, entonces no pude más me subí encima de él y empecé a cabalgarlo con placer, era más el morbo de hacerlo con mi hijo que sentir su verga enorme en mi interior.

Al rato Sara y Rodrigo se unieron a la fiesta, ella se puso a cuatro patas dejando su conchita sobre la boca de Carlos que se la empezó a lamer y Sara me chupó la vagina con la verga de mi nene entrándome y saliendo, mientras Rrodrigo la sodomizaba. Me saqué el corpiño y mis tetas empezaron a bambolearse sin control entre mi blusa, la falda la había perdido no sé cuando. 

En medio del desenfreno, mi hijo me llenó la concha con su abundante lechita, me levanté y Carlos libre de mi pelvis se acostó en un sillón rendido. Nadie conoce mejor a los hijos que las madres, por eso sabía que estaba perplejo de vergüenza. Eso me calentó más y me le tiré encima para besarlo como una puta salvaje y chuparle de nuevo la pija hasta que se le puso bien dura, más tarde se me acercó el marido de mi amiga y los dos machos me cogieron al mismo tiempo, mi nene por la concha y el otro por el culo. 

Continuó la fiesta hasta que a Sara y a su esposo se les hizo muy tarde y se fueron a su casa, me duché y al salir del baño para ir a mi cama,  entré en la habitación de Carlos para ver cómo estaba y le había sentado el bacanal, cual es mi sorpresa cuando veo que se estaba masturbando, yo creo que con el recuerdo de la cabalgada y con los gritos que pegamos Sara y yo, cuando hicimos un 69 lésbico, comiéndonos las conchas con pasión. Como despedida y premio por lo bien que se había portado, sin hacer ruido entré totalmente desnuda y le sujeté con fuerza esa verga enorme que tiene, tanto que la sentía palpitar entre mis dedos, se mamé hasta que conseguí sacarle su lechecita otra vez. 

¿Qué tal, les ha gustado el relato?, Esta historia es totalmente verdadera, por fin he conseguido no ocultar mis aficiones por lo menos en casa lo que pasa es que he dejado preocupado a mi hijo sobre lo que hace su madre, aunque disfruta muchísimo conmigo en las fiestas domésticas que organizamos con mis amigos.

Me gustaría leer sus comentarios en el blog, sobre todo los de gente que les guste el sexo y haga cosas parecidas a nosotros, para que mi hijo vea que es una cosa normal, aunque no sea corriente, ¿Les parece?

Autor: XPERVERTEX

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